Norte de marruecos
Qué hacer y qué ver en el norte de Marruecos
Desde la costa atlántica norte y mediterránea hasta las montañas del Rif, playas tranquilas, parques nacionales, medinas llenas de vida y lugares con mucha historia. El Norte de Marruecos ofrece al viajero una arquitectura y gastronomía que se mezcla con ecos del antiguo protectorado español y nuestra cultura bereber: fortificaciones, ciudades modernistas, mosaicos romanos…
La ciudad de Tánger situada en el extremo norte del país es la principal puerta de entrada gracias a la actividad frenética de su puerto marítimo.
Desde esta ciudad podrás comenzar a dejarte sorprender por el exostismo irresistible y por la varidad de contrastes que tiene Marruecos.
Los principales atractivos turísticos que se pueden encontrar en la zona Norte de Marruecos se encuentran en la población bohemia y costera de Asilah, en la ciudad de Tetouan de aires moriscos y modernistas, en Chefchaouen, con sus calles y fachadas pintadas en color azul, en las ruinas romanas de Volubilis para los apasionados de la historia antigua y en la ciudad balnearia de Saidia donde el viajero puede disfrutar de infinitas playas de fina arena y que en los últimos años se ha convertido en el destino de veraneo con más de 300 días de sol al año.
TÁNGER
Lugar de paso entre Europa y África, esta ciudad legendaria se encuentra hoy en pleno surgimiento económico. Tánger, sin embargo, es un vivo ejemplo de ciudad moderna que ha sabido como conservar y mantener su identidad.
En cierta manera hoy día Tánger está reviviendo su pasado como ciudad de relaciones comerciales y diplomáticas, refugio de artistas y poetas y que continúa manteniendo la huella cosmopolita de los grandes viajeros del siglo XIX.
La ciudad de los dos mares que combina el azul del Atlántico y del Mediterráneo ha sido desde siempre un refugio de artistas y escritores.
La belleza de emplazamiento y de su luz ligeramente azulada han hecho de ella un objeto de inspiración para generaciones de artistas de entre los más grandes. Sus calles, sus hoteles y sus cafés han visto pasar a Tennessee Williams, Delacroix, a Samuel Beckett, a Jean Genet… sus palacios vivieron las fiestas mundanas de Barabara Hutton o de Malcolm Forbes… su luz inspiró a Matisse y su misterio a Paul Bowles; y es que la ciudad blanca ha sabido siempre enamorar a los genios.
Las calles estrechas y zigzagueantes de la medina de Tánger, las casas que la componen con sus pinturas y sus puertas arabescas, los tangerinos que viven en ella y las tiendas artesanales que allí puedes encontrar hace que bien valga la pena la visita a esta ciudad del norte de Marruecos.
ASILAH
«Hay lugares en la Tierra, en los que fluye una fuerza o energía especial. Dicen, que el aura de esos lugares es diferente y se percibe como si los colores allí fueran más brillantes y luminosos, dónde los sentidos amplían su capacidad de percepción, y en el estado del ánimo se instala la calma y sosiego»
Asilah es una ciudad costera al sur de Tánger, en el norte de Marruecos. Tranquila y serena para unos, majestuosa y mágica para otros.
La ciudad la fundaron los fenicios, pero también ha visto pasar a cartagineses, árabes, portugueses, españoles… y posiblemente la época a la que le debe más Asilah es la del dominio portugués, cuando en el siglo XV se transformó en un centro comercial en la ruta del oro sahariano.
Además, Asilah conserva algunos edificios de la época del protectorado y el mausoleo de Sidi Ahmed El Mansur, saadí que reconquistó la ciudad tras la Batalla de los Tres Reyes.
La Medina tiene 3 puertas:
Bab El Kasbah (Puerta de la Alcazaba)
Bab El Bhar (Puerta del Mar)
Bab El Homar (Puerta de la Tierra)
El puerto pesquero, de donde se nutren los bares, restaurantes y puestos de Asilah, es famoso por sus capturas de atún y marisco, que se obtienen no lejos de la costa, cuyos métodos de pesca tradicionales son todavía antiquísimos.
Por la mañana o al atardecer, el sitio de encuentro de la juventud de Asilah es la «Karakia», un saliente en la muralla portuguesa que ejerce de mirador desde el que se puede observar la inmensidad del
Océano Atlántico y disfrutar del contraste del mar cristalino con la fuerza del sol.
La Ciudad de la Cultura y las Artes
Asilah es el foco cultural por excelencia del Norte de Marruecos, por lo que en las calles de su Medina no faltan talleres y galerías de Arte. Además, muchos artistas, pensadores e intelecturales -marroquís y no marroquís- han elegido Asilah como lugar de residencia, y ese ambiente cultural se percibe en cada uno de sus rincones.
Cada año, durante el Moussem cultural y artístico las calles de Asilah se transforman en un auténtico museo al aire libre.
La gran cita del turismo cultural es en agosto, cuando la ciudad acoge el famoso Festival Cultural de Asilah, un acontecimiento internacional en el que se puede disfrutar de conferencias, proyecciones, danza, cine, música, poesía, teatro y concursos de fotografías, entre otras actividades.
Los coloridos murales que dejan los artistas en los muros de la Medina y que utilizan como lienzos para desplegar su imaginación, con imágenes cargadas de emociones y energía, es el legado que este festival deja año tras año. El arte está presente todo el año en las calles de la medina de Asilah.
SAIDIA
Saidia tiene las playas más extensas del país y uno de los complejos turísticos más importantes del norte africano.
Esta localidad casi en el límite con Argelia se ha convertido estos últimos años en un cotizado lugar de vacaciones.
Los principales atractivos de la ciudad son sus más de 14km de playas de arena blanca, su medina, kasbah, corniche, el puerto deportivo y el complejo turistico Mediterranea-Saidia, con 3 campos de golf, hoteles de lujo, un centro comercial y una medina moderna con muchas tiendas, restaurantes y cafés.
TETOUAN
Ubicada en las proximidades del mar Mediterráneo, cerca de Tánger y de la ciudad española de Ceuta, Tetouan es la puerta de entrada a la imponente cordillera del Rif.
La ciudad se extiende a lo largo de la ladera del monte Dersa y desciende hasta el fértil valle del río Martil. Desde la distancia destaca sobre el fondo de las montañas del Rif con su blanco, las torres, las terrazas y los bastiones de las murallas construidas en el siglo XVII por el sultán Mulay Ismail.
La medina es un laberinto de callejuelas sinuosas, de animadas plazas y mezquitas…
Su Kasbah fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que mantuvo sus esencias medievales hasta la llegada de O´Donnell quien modernizó y modificó algunos de sus barrios.
El ensanche de la parte nueva de la ciudad que construyeron los españoles durante el Protectorado fue trazado en cuadrícula con una espléndida arquitectura a la que no le falta influencias del art decó, tan de moda en aquella época.
Tetouan fascina por su belleza y el encanto de esta ciudad se respira por el ajetreo y animación de sus calles, sus cafés, sus zocos y mercados tan diferentes al de los gustos occidentales.
Tetouan es una ciudad para pasear, para tomar un té con calma y silencio, mientras se observa la marea humana y se escucha el bullicio de los tetuanis que salen a pasear especialmente al atardecer, hábito adquirido en los tiempos del Protectorado y que todavía se continua practicando.
CHEFCHAOUEN
Chefchaouen es pequeña ciudad encantadora de unos 40.000 habitantes que se encuentra a unos 100km de Ceuta en las faldas de los montes Tisouka (2050m) y Megou (1616 m) de la Cordillera del Rif, que se elevan por encima del pueblo como dos cuernos, dando así nombre a la ciudad (Chefchaouen en berebér significa: «mira los cuernos»).
A unos 660m. de altitud y con muy poco tránsito de coches, se respira un aire limpio y fresco que invita a quedarse para descubrir la belleza del lugar y su entorno.
Su Medina es tranquila y pequeña. Si nos adentramos en ella por algunas de sus 5 puertas y nos dejamos llevar por los sentidos,
nos sentiremos inundados a veces por tantas sensaciones nuevas, como los olores a pan recién hecho del horno de leña o Tajin listo para comer.
La gran variedad de colores de los diferentes productos de las tiendas y de los bazares contrastan con el deslumbrante blanco azulado de las fachadas de las casas. La mezcla de voces y sonidos desconocidos, os guiarán por las callejuelas serpentinas hasta inevitablemente llegar al punto de encuentro y descanso, la Plaza Uta el-Hammam.
VOLUBILIS
Volúbilis es una antigua ciudad romana donde se encuentran los restos arqueológicos mejor conservados y más visitados de Marruecos.
Aunque lo mejor es pasear descubriendo las ruinas, hay algunos puntos que no nos podemos perder:
Foro, Basílica y Templo de Júpiter, las Termas, el Arco de Caracalla, construido en mármol en el año 217, y los Mosaicos, sin duda lo más famoso de Volúbilis.